Toyo Shibata, Recoge la luz del sol con las manos. Editorial Aguilar; edición original japonesa publicada por
Asuka Shinsha, Co., Tokio, en 2010; edición española de 2013. Traducción de Keiko Takahashi y Jordi Fibla.
Hacia la disolución
El
sonido del agua caliente
vertida
por el termo
es
como el de unas palabras tiernas.
Dentro
de la taza
el
azucarillo de mi corazón
avanza
plácidamente
hacia
la disolución.
Este poema lo escribió esa
señora viejita de la foto. De ella me habló el poeta Roberto Terán antes de que se hubiera editado nada; solo tres
poemas en Internet, a los que me encaminó Roberto. Desde ese momento quise
leerlo todo de ella y, poco después, se editaba este libro. Es curioso que,
fuera de los considerados “grandes”, de los que se ocupan la editoriales
potentes dándolos a conocer en lo medios, los poetas que me llegan al corazón
los he conocido casi siempre por el consejo de amigos poetas en los bares; o
parados fumando un cigarro en una esquina.
A los 70 años, Shibata, viuda y
jubilada, se dedicó a uno de los deseos de su vida: practicar la danza clásica
japonesa, llegando a convertirse en maestra. Pero a los 92, unos fuertes
dolores de espalda la obligaron a abandonarla. Su hijo le dijo entonces que,
como siempre le había gustado el cine y la literatura, se dedicara a escribir.
Y es lo que hizo entonces, además de captar los momentos de alegría que da la
vida, hasta que murió el 15 de enero de este año, con 102 años de edad, dejando
una obra llena de delicadeza que podría cambiar un poco la visión de la
nuestra, sobre todo a partir de una cierta edad.
En la pequeña autobiografía del
final del libro, escribe: «Nací en Tochigi, en 1911, hija única de Tomizo y
Yasu Mirishima, que poseían un comercio de arroz muy próspero, pero debido a
que mi padre era vago de nacimiento, el negocio fue declinando gradualmente, y
en mi adolescencia pasó a otros propietarios». En esa autobiografía están los
detalles de esa vida. Prefiero copiar los tres últimos párrafos, referidos a su
“ánimo”:
«Una cosa que he observado al
escribir poemas es que la vida no es solo triste y dura.
“A la edad que ahora tengo, me
resulta muy difícil levantarme por la mañana, pero de todos modos me levanto de
la cama diciéndome “¡Aúpa!”, desayuno una tostada untada con mantequilla o
mermelada y una taza de té inglés. A continuación, hago una lista de las tareas
que encargo a la asistenta: limpieza, lavado y compras. Estudio el plan
económico de la casa con los gastos domésticos incluidos y el plan de visitas
al hospital. Es decir, utilizo la cabeza, estoy ocupada. Por ello, a pesar de
que vivir sola me entristece, procuro pensar así: la vida empieza siempre a
partir de este momento. La mañana llega para todo el mundo.
“Llevo veinte años de vida en
solitario. Vivo con denuedo».
Ahorro
Ahorro
en mi corazón
la
amabilidad del prójimo
para
sacarla
en
momentos de tristeza
y
hallar consuelo.
También
tú, desde ahora,
ahorra
de esta manera.
Es
mejor que una pensión,
créeme.
Para mí misma
Una
a una
las
lágrimas caen
sin
cesar del grifo.
Sean
cuales fueren tus penalidades,
por
triste que sea lo que te suceda,
amargarte
pensando en ello
no
te servirá de nada.
Abandónate,
abre
bien el grifo
y
deja que las lágrimas caigan
de
una sola vez.
Ya
está, y ahora
tomemos
café en una taza nueva.
Qué maravilloso descubrimiento, Nán. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarAy, mi Toyo. ¡Qué cariño le tengo! Un abrazo fuerte, amigo Nano.
ResponderEliminarYo la adoro desde que tú me la descubriste. Y ahora me entero de que murió el día de mi cumple. Seguro que es una señal...
ResponderEliminarQué sencillez
ResponderEliminary que ternura
de palabras.
PS-.Hablando de poetas,
le pido su sabia opinión
de Juan Munarriz
acabo de descubrir
que la poesia
"Que va a quedar de estos dias
borrachos de tu presencia..."
es de él
y son unos versos
que de siempre
nos han robado el corazón
a mi y a mi primo
el de la consuelo..
Jesus Munarriz quería decir, claro
ResponderEliminartoyofan
ResponderEliminarJESÚS y ROBERTO: gracias.
ResponderEliminarC.S.: todo son señales; y benditos los que están alerta.
LOQUELEO: Munárriz es uno de los grandes, de larga trayectoria y obra amplia, que se debe leer casi entera y despacito. Tengo más de necio que de sabio, pero comparto tu opinión y la de tu primo.
AROA: y yotufan.
Besos a todos