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[Once meses sin aportar nada es demasiada vaguería. Quizá lo dejé porque lo que leo no suele estar en las mesas de novedades. ¿Qué importa?, me he dicho esta mañana. Esto es algo íntimo. Todo lo más, para curiosos].

sábado, 8 de enero de 2011

día 1217. La madre de Amos Oz le habla de las mujeres poco antes de morir


La madre se sintió animada, en una mejoría de su enfermedad que antecedería en cuatro o cinco días a su muerte, y quiso salir a la calle con su hijo para darle una sorpresa al padre en el trabajo e ir los tres a un restaurante. Mantuvieron esta conversación.

*****

«--Hay bastantes mujeres que se sienten atraídas por hombres déspotas. Como las mariposas por el fuego. Y hay mujeres que lo que más necesitan no es un héroe, ni siquiera un amante apasionado, sino sobre todo un amigo. Recuérdalo cuando crezcas: aléjate de las mujeres a quienes les gustan los déspotas, y entre las que buscan un hombre-amigo intenta encontrar, no a las que necesitan un amigo porque están algo vacías, sino a las que también desean llenarte. Y recuerda que la amistad entre un hombre y una mujer es algo mucho más valioso y extraordinario que el amor: de hecho el amor es algo bastante rudo e incluso grosero comparado con la amistad. La amistad incluye también una parte de delicadeza, de aceptación y generosidad, y un refinado sentido de la mesura.

[...]

--Algún día, cuando te cases y tengas familia, te pido por favor que no tomes como ejemplo la vida matrimonial de tu padre y mía.

[...]

Cogidos del brazo caminábamos mi madre y yo bajo la lluvia, pasamos ante el Talita Kumi y ante el edficicio Frumin, que era la sede temporal de la Keneset, y después a los pies del Bet Hamaalot. Fue a comienzos de la primera semana del mes de enero de 1952. Cuatro o cinco días antes de su muerte.»


Amos Oz, Una historia de amor y oscuridad. Traducción de Raquel García Lozano. Ediciones Siruela, colección Debolsillo.

1 comentario:

  1. Oz es la leche.

    Ya me he descargado uno para leer en mi nuevo gadget. Ya te contaré que tal.

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