Ha empezado el debate judicial para dilucidar si su estado permite juzgarlo:
... El Sr. Pound está sentado ante ustedes. Le ruego, Sr. Pound, que se levante y mire al jurado. Díganos su identidad, por favor.Ezra Pound, con voz a la vez hostil y desganada: No soy nadie., mi nombre es nadie.
Rober Frost hace un alegato sobre la importancia de Pound en la literatura. Al terminar, se producen las declaraciones siguientes:
El presidente: Muchas gracias, Sr. Frost. Y ahora, una pregunta que formulo al Sr. Pound. ¿Tiene algo que añadir a lo que acaba de declarar Robert Frost?
Ezra Pound (recitando uno de sus poemas):y un olor de menta bajo los toldos de las tiendassobre todo después de la lluviay un buey blanco en el camino a Pisacomo encarándose con la torre,carneros negros en el campo de maniobras y los días de lluvia, nubessobre las montañas, como bajo las garitas.Una lagartija me tenía en vilolas aves del campo detestan el pan blanco4 gigantes en 4 esquinastres hombres jóvenes ante la puertay han cavado una zanja a mi alrededorpara que la humedad no roa mis huesos...
Tras un momento de silencio, el presidente con una tosecilla de compromiso: ¡Ejem!... hum. Bueno. Y bien.. Deseo ahora solicitar la presencia de...
El poema recitado era sin duda sobre sus condiciones. Los 4 gigantes son las torres de vigilancia, los tres hombres jóvenes son los guardianes que evitan todo contacto.
Fritz J. Raddatz, El proceso de Ezra Pound; revista Quimera, nº 49, mayo de 1985. Traducción de Juanjo Fernández
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