Los viejos de este autor, casi podríamos decir “el viejo”, tienen un amarga visión de lo que les rodea. A uno de ellos, al final del relato La aglomeración, se le escapa, porque Askildsen nunca habla de esas cosas, el sentido de lo que ocurre. Es el párrafo final, tras un lío provocado en la calle por un loco religioso.
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Cuando el grupo se dio cuenta de que el hombre había desaparecido, se fue calmando lentamente, y se fue cerrando una ventana tras otra. También yo cerré la mía, no era un día caluroso. El mundo está lleno de insensatez y confusión, la falta de libertad tiene profundas raíces, la esperanza de igualdad está disminuyendo, la fuerza superior es demasiado grande, eso parece. Tenemos que estar contentos con lo bien que vivimos, dice la gente, la mayoría vive peor. Y luego toman pastillas contra el insomnio. O contra la depresión. O contra la vida. ¿Cuándo llegará una nueva estirpe que entienda el significado de la palabra igualdad, una estirpe de jardineros e ingenieros forestales que talen los grandes árboles que dan sombra a todos los pequeños, y qué quiten los brotes del árbol de la ciencia?
Kjell Askildsen, Cuentos, Edición y prólogo de Fogwill. Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Lengua de Trapo, colección Business Class
Señor Procesional:
ResponderEliminarMe estoy enganchando irremediablemente a estas porciones de cuentos.
Suya afectísima,